Andrés Goldman descubrió que el gen MTCH2 cambia la forma de las mitocondrias y en consecuencia, su función.
Andrés Goldman hizo la Licenciatura en Ciencias Biológicas en la Facultad de Ciencias (Udelar) y luego de trabajar en forma honoraria en el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE), obtuvo su beca PEDECIBA para comenzar la maestría.
Como sus estudios estaban enfocados en el gen denominado MTCH2, una línea de investigación que generaba nuevas investigaciones específicamente provenientes de Israel; Andrés buscó la manera de comunicarse con ese laboratorio, en el que actualmente, está culminando su doctorado.
– “Yo de careta mandé un mail diciendo que estaba estudiando lo mismo en Uruguay. Enseguida me respondió el investigador principal, Atan Gross, con el que surgió una buena relación, me compartió algunos reactivos biológicos que había desarrollado y después de un tiempo, me invitó a participar de una conferencia en Israel. Luego, me invitó a hacer un doctorado, pero yo tenía que terminar el máster en Uruguay. Entonces volví y en ese lapso conocí a la que hoy es mi esposa, y ahora estoy por culminar el doctorado y tengo un hijo que nació hace diez meses”- detalló.
Su investigación se centra en estudiar las mitocondrias, que son las que están a cargo de la producción de energía. Estudia específicamente este gen, que modifica la estructura de las mitocondrias, cambiando su forma y en consecuencia su función. Explicó que esto trae como consecuencia cambios en el balance de energía que tienen efecto sobre muchos aspectos, como la función del cerebro, el control del peso corporal y la capacidad que tienen células madre de diferenciarse.
– “Lo que nosotros estudiamos en particular, es la forma de las mitocondrias. Nosotros usamos muchas técnicas de microscopía, y vemos adentro de la célula cómo las mitocondrias cambian de forma. Pueden ser largas como spaghetti, o redondas y gordas como si fueran albóndigas, y cada una de estas formas tiene un resultado diferente en términos de producción de energía, que es fundamental en muchos tipos de enfermedades, como las neurodegenerativas, o en las que perdemos función muscular, enfermedades del metabolismo, la diabetes, la obesidad. Todo esto está relacionado a cómo cambian de forma estas mitocondrias”- explicó.
El científico contó que en su laboratorio descubrieron que este gen (MTCH2) cambia y controla la forma de las mitocondrias, y que cuando ese gen no está o no funciona, pasan “cosas extraordinarias”.
– “Por ejemplo, en el cerebro los animales dejan de poder recordar y hay ciertos experimentos que se hacen, pero como esas neuronas no pueden alterar la forma de las mitocondrias, esos animales no pueden aprender. Y en el caso del músculo, cuando sacamos el gen, cambian de forma las mitocondrias a una forma no normal, y empiezan a producir energía de manera excesiva, los hace muy resistentes, y resistentes a engordar. Descubrimos que si cambiamos la forma, podemos cambiar la identidad de la célula, aunque aún nos sabemos bien cómo se puede controlar de manera fina, en casos aplicados a biotecnología”- dijo.
Andrés especificó que esta área de investigación se denomina “dinámica de las mitocondrias”, y estudia cómo se mueven, cómo se dividen y cómo eso afecta la función de las mismas, lo que tiene efecto directo sobre algunas enfermedades, como la diabetes o la obesidad.
Fuente: www.sobreciencia.uy
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